Atención Temprana

Érase una vez, hace ya 50 años, unos papás y unas mamás que viajaban sin un rumbo definido se conocieron en la ciudad de Barcelona. Fue ahí donde comprendieron que además de no estar solos, podían juntar sus experiencias y ayudar a los “peques” con problemas de una manera integrada y eficaz.

Y de esta manera nació la asociación ASPACE como un lugar en el que estos “peques especiales” eran comprendidos y tuvieran la posibilidad de desarrollarse y llegar a convertirse en personas plenas. Se formó entonces un espacio en el que las palabras “parálisis cerebral” fueran siempre seguidas de “posibilidades”, “evolución”, “integración” y sobre todo y la más grande de todas ellas: FELICIDAD.

Y como no podía ser de otra forma, en este “espacio mágico” en el que el lenguaje, las relaciones, las personas y hasta el entorno eran especiales apareció un lugar en el que los más pequeños empezarían a explotar sus recursos y las familias empezaran a sentir la magia que rodeaba a esta asociación. Así nació Atención Temprana, que no era más que una rama de ese gran árbol llamado ASPACE, en la que los más pequeños empezaban a experimentar con la magia, como si de una guardería de magos se tratase. Poco a poco fueron trayendo más profesores magos que ayudaran a los “peques” a realizar los hechizos más complicados, aprovechando la gran capacidad de aprendizaje y adaptación de éstos, sin olvidarnos de los esforzados papás que realmente eran los que ajustaban la potencia de sus hechizos y les enseñaban los trucos más importantes.

Y así hemos llegado hasta nuestros días, en los que la Unidad de Atención Temprana trabaja con estos niños de 0 a 3 años, tratando de dar una atención personalizada e interdisciplinar, posibilitando de la forma más completa su integración en el medio familiar, escolar y social, así como desarrollar su autonomía personal, en la que la globalidad del tratamiento destaque sobre todo lo demás.

Es preciso destacar aquí la importancia de las familias en este viaje, además del aprendizaje que obtenemos los profesionales de ellos, hemos corroborado a lo largo de los años que la mayor fuente de mejoría es una vida familiar rica y llena de cariño, que el único modo de que estos “peques” lleguen a “buen puerto” es que sus familias guíen el timón de ese maravilloso y mágico barco.

Objetivos

  • Iniciar precozmente y sin demora el proceso de atención y rehabilitación.
  • Limitar las consecuencias negativas del trastorno optimizando las capacidades funcionales y de inclusión social del niño.
  • Intervenir sobre los factores de riesgo que puedan comprometer el desarrollo del menor.
  • Proporcionar a las familias apoyo emocional.
  • Establecer la coordinación entre los profesionales de los diferentes servicios involucrados en la A.T.
  • Ofrecer técnicas, materiales y/o recursos específicos para cada nivel de afectación y patología.
  • Informar y orientar a la familia sobre los productos de apoyo existentes. En los casos indicados, elaborar dichos recursos.
  • Orientación médica desde el departamento de Neuropsiquiatría.
  • Asesorar a la familia sobre recursos y prestaciones sociales desde el departamento de Trabajo Social.